Hace un año, el 25 de Mayo, no parecíamos entender que estábamos aterrizando en Bilbao. Otra vez. Creo que no éramos conscientes de que salíamos de un mundo para adentrarnos en otro y que dejábamos así tras de nosotros 8 meses de experiencias inolvidables.
El caso es que hace un año volvíamos, porque sí. Porque las cosas suceden por algo, aunque a veces no entendamos por qué. En India, pensábamos de vez en cuando cómo sería nuestra llegada, qué haríamos al volver, cómo reaccionarían los demás... Finalmente, aprendes que las cosas fluyen y que no es como quieres que sea. Es como es.
Sólo sé que aquellos momentos de reencuentro se quedaron grabados como una dulce cicatriz en mi piel.
Ya ha pasado un año de todo aquello. Sigo sin creerlo. Un año. Siento nostalgia, de vez en cuando, bueno, todos los días. Pero no es tristeza es un sentimiento.
A veces los pelos se me ponen de punta; creo que es el Baba Cojo que canta para el Ganges y que canta para mí. Otras, creo oler a flores, entonces sé que me las ofrecen las mujeres de bellos saris para que me las ponga en el pelo. No entiendo bien, pero a veces me siento observada; estamos en un tren con miles de personas mirándonos. Cuando mi perro me mira veo en él los cachorros que de milagro sobrevivían. Cuando abro el grifo, Moni y Siddharta se siguen asombrando porque sale caliente.
No vivo en el pasado, lo que ocurre es que el pasado está anclado en mi presente. Y es inevitable. Soy lo que soy por lo que he vivido. Y me alegro de que forme parte de mí.
Y ya hace un año...
El caso es que hace un año volvíamos, porque sí. Porque las cosas suceden por algo, aunque a veces no entendamos por qué. En India, pensábamos de vez en cuando cómo sería nuestra llegada, qué haríamos al volver, cómo reaccionarían los demás... Finalmente, aprendes que las cosas fluyen y que no es como quieres que sea. Es como es.
Sólo sé que aquellos momentos de reencuentro se quedaron grabados como una dulce cicatriz en mi piel.
Ya ha pasado un año de todo aquello. Sigo sin creerlo. Un año. Siento nostalgia, de vez en cuando, bueno, todos los días. Pero no es tristeza es un sentimiento.
A veces los pelos se me ponen de punta; creo que es el Baba Cojo que canta para el Ganges y que canta para mí. Otras, creo oler a flores, entonces sé que me las ofrecen las mujeres de bellos saris para que me las ponga en el pelo. No entiendo bien, pero a veces me siento observada; estamos en un tren con miles de personas mirándonos. Cuando mi perro me mira veo en él los cachorros que de milagro sobrevivían. Cuando abro el grifo, Moni y Siddharta se siguen asombrando porque sale caliente.
No vivo en el pasado, lo que ocurre es que el pasado está anclado en mi presente. Y es inevitable. Soy lo que soy por lo que he vivido. Y me alegro de que forme parte de mí.
Y ya hace un año...
Egunon chicos!
ResponderEliminarQué tal estáis? Que buena esa última frase, la comparto absolutamente... No hay día que no me acuerde de esa maravillosa aventura. Y sabéis lo mejor de todo? Nos va a acompañar también en el futuro y se va a quedar ahí para siempre.
Oye, veniros a bcn este verano vaaaa! Me haría mucha ilu veros.
Besos y abrazos
David