Kanyakumari

Kanyakumari es la punta mas meridional de la peninsula india. Es una ciudad maravillosa. Quizas nosotros le guardemos especial carigno por una serie de acontecimientos durante nuestra estancia. Por ello decidimos irnos en el momento en el que mas estabamos disfrutando para recordarla tal y como la vimos. De todas formas es un lugar totalmente recomendable.

Empezaremos diciendo que es una ciudad sagrada y como tal un lugar de peregrinaje. Tambien es el lugar donde se juntan el Mar Arabigo, el Golfo de Bengala y el Oceano Indico dando una sensacion de “fin del mundo”.

Tambien hay dos pequegnos islotes a 400 m de la costa y a los que se puede acceder en Ferry. En uno de ellos hay un templo. En el otro se alza una escultura de 133 pies de altura dedicada a Vivekananda, un famoso poeta tamil.

Durante nuestra estancia se estaba llevando a cabo un festival (no conseguimos saber muy bien de que se trataba) pero lo que si sabemos es que atrajo a mucha gente. El mismo dia de nuestra llegada, despues de pasear por las abarrotadas calles y visitar el edificio conmemorativo a Gandhi, asistimos a uno de los espectaculos de la naturaleza: un atardecer en Kanyakumari. Todas las tardes se congregan junto a los Ghats cientos de personas para ver la puesta de sol. Y ese dia fue especialmente bonita. Normalmente el sol se difumina entre las nubes, pero esta vez parecia sumergirse poco a poco en el fondo del oceano. Cuando por fin desaparecio los cientos de personas que alli se hallaban explotaron en aplausos. Nos comentaron que fue una de las puestas de sol mas bonitas en Kanyakumari.

El dia siguiente por la magnana tuvo lugar otro espectaculo de la naturaleza: un eclipse solar. Kanyakumari era el mejor lugar de India desde donde poder observarlo y por ello personas de todo el pais habian llegado hasta aqui. El pie derecho en el este, el izquierdo en el oeste, toda India a nuestras espaldas y poco a poco sobre el Oceano Indico la Luna eclipsaba al Sol. Fue un perfecto eclipse anular.

El ultimo dia en Kanyakumari lo dedicamos a pasear por los bazares llenos de conchas y caracolas, por el puerto y visitar los dos islotes que hemos comentado antes. En realidad solo uno de ellos porque el fuerte viento no permetia al Ferry acercarse al islote con la gran escultura.

Para despedirnos de Kanyakumari, volvimos a los Ghats para disfrutar de la puesta de sol. Fue una gran sorpresa encontrar a un grupo de Rajastanies decorando los Ghats con las telas mas coloridas de India secandose al viento. Era un espectaculo no solo para nosotros sino tambien para el resto de indios que les observaban mientras realizaban sus purificaciones en el mar. Fue bonito reencontrarnos con los Rajastanies despues de casi tres meses… tienen algo especial!

Os ponemos dos ensegnanzas del poeta Swami Vivekananda:

El mundo está listo para entregar sus secretos si sólo sabemos cómo golpear, cómo darle el golpe necesario. La intensidad y la fuerza del golpe llegan por la concentración. No hay límite para el poder de la mente humana.
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El pensamiento es la fuerza propulsora en nosotros. Llena la mente con los más elevados pensamientos, óyelos día tras día, piénsalos mes tras mes. Nunca te importen los fracasos; son naturales. Estos fracasos son la belleza de la vida